CAP 5. BIEN ESTÁ LO QUE BIEN ACABA

Llegados a destino. Por fin. Ha sido un larguísimo viaje - no sólo en coche - hasta llegar a nuestro destino final pero aquí estamos, en Holanda, después de 1760 km y 42 horas de viaje...¡toca dormir!

Los últimos días de la mudanza han sido frenéticos. Cuanto más se acerca la fecha en la que sabes que vendrá el camión y se llevará todo, más tienes la sensación de que quedan mil cosas por empaquetar...pero no es real. Marchamos a buen ritmo, las cajas empiezan a ocupar todo el espacio disponible y las habitaciones se van vaciando. Todo como debe ser.

La empresa con la que realizamos la mudanza tiene en su página web (http://www.grupoamygo.com/) una sección de Planificación y Consejos muy interesante. Entre sus consejos reproduzco algunos literalmente que, no por ser obvios, dejan de ser importantes y, muchos, muy divertidos:

- 50 días antes de la mudanza decidir lo que va a llevarse y lo que no. Nos puede valer para hacer limpieza. Efectivamente, ya no puedo recordar la de cosas que he tirado...es increíble lo que podemos llegar a acumular de una mudanza a otra y para mi, soltar lastre, es una de las cosas más importantes. Pero si lo que vas a tirar puede servir a alguien, hazlo en los lugares indicados para ello.

- 7 días antes de la mudanza planificar e ir consumiendo los alimentos perecederos y congelados del frigorífico. Es más...como dice mi amigo Jorge, el momento de desconectar y limpiar la nevera es el de no retorno...ya no hay vuelta atrás y ahí si que te das cuenta de que ya no queda nada y piensas "¿cómo demonios sobrevivo dos días sin la nevera?". No pasa nada, tras el primer momento de pánico ya se encargan tus amigos a última hora de sacarte y que no te sientas sólo, jejejejeje.

- El día de la mudanza estar presente o al menos localizable. Ha sido imposible no estar y es que hasta última hora hay cosas que empaquetar, tirar, ordenar...¡no se acaba nunca!

El camión llegó a primera hora de la tarde, hoy hace una semana. Los dos chicos de la mudanza tenían que venir a empaquetar las cosas frágiles (vajilla, cuadros, etc) pero fueron tan eficientes que continuaron con la carga del camión y el embalaje de algunos muebles. Tres horitas muy bien aprovechadas...y yo al borde de un ataque de nervios.

Al día siguiente, último en el que podía dormir en una cama, se ventilaron toda la casa en 5 horas. Pero tengo que decir que fue un trabajo de equipo - y me incluyo - totalmente coordinado. Es importante ir acabando habitación por habitación de forma que puedas ir limpiando y cerrando a medida que se van quedando vacías. De esta forma no tienes la sensación de que tienes todo aún por hacer. ¿Resultado? 111 cajas etiquetadas y el camión lleno hasta la puerta. ¿Las últimas en subir? ¡Las plantas! ¡Hasta dentro de unos días!

La casa ya estaba en camino. Ahora nos tocaba a nosotros. Por suerte somos dos para conducir y el viaje, previsiblemente largo, se hace más ameno y soportable. Me gusta conducir pero en compañía es mucho más divertido. La ruta está decidida. Desde Castelldefels (así nos despedimos de mi hermano y familia) hasta Leiderdorp (el pueblo donde vive mi madre), pararemos el primer día en Lyon para visitar a unos amigos, hacer noche y seguir al día siguiente hasta destino. Pero no siempre lo que planificas sale como lo planificas...

Estamos convencidos de que alrededor de Lyon existe un agujero negro que se traga, sobre todo, nuestra paciencia. Y es que, por mucho que no vayamos por autopistas y el camino sea más largo - aunque más bonito y barato - no puede ser que el primer día no consiguiéramos llegar hasta Lyon (761 km) si no es que existe tal agujero. El primer día, desde la frontera con Francia, nos acompaña la lluvia...intermitente a veces, intensa otras y, en ocasiones, nos da un poco de tregua...Pero no conseguimos llegar más que hasta Montélimar, pequeña localidad a 150 km al sur de Lyon, y nuestros planes de visitar a nuestros amigos se van al garete...

¡No pasa nada!. Al día siguiente tenemos un sol espléndido (parece que por fin se han enterado por ahí arriba de que estamos por aquí) y continuamos el viaje con energía. El agujero negro sigue actuando y no vemos la hora de llegar y pasar Lyon...es como si los kilómetros se estiraran el doble y las horas fueran avanzando sin parar mientras nosotros nos mantenemos en el sitio. Una sensación inquietante si no fuera por los paisajes que nos regala el trayecto...Francia está de un verde subido en esta época del año.

De vez en cuando la lluvia hace acto de presencia y nos regala fantásticos arcoiris...

Si hasta hemos encontrado ¡la fábrica de las nubes! :-D

Increíblemente, una vez pasado Lyon, el viaje procede mucho más rápido aunque nos quedan muchos kilómetros aún. El cansancio va haciendo mella pero reponemos fuerzas y salimos de Francia. Nos queda sólo Luxemburgo, Bélgica y, por fin, Holanda...

¡Y aquí estamos empezando nueva vida! Y aquí os dejo hasta el próximo capítulo con una frase de una canción de Chambao que venía escuchando por el camino y que resume muy bien cómo me siento...

Estoy agradecía de conocer
la magia que tiene el saber
saber que no sólo soy la que piensa
elijo ser la que observa a la que piensa