Es uno de los recuerdos más vívidos que tengo. Y no debía tener aún los 4 años. Mi hermano Nacho acababa de nacer y debieron llevarme, como a todos los niños, a ver a Sinterklaas...nadie lo recuerda exactamente pero yo si. Y es que la imagen de un señor vestido de rojo, con un sombrero alto, una espesa barba blanca, sosteniendo en su mano un báculo y montado en un caballo blanco la tengo grabada a fuego en mi memoria...la misma de la que no puedo rescatar el poco o mucho neerlandés que sabía...es curioso como funciona la mente de un niño...
A un mes del día de Navidad, confieso que escribo esta entrada no sólo por daros a conocer una de las tradiciones más especiales de los Países Bajos sino, sobre todo, por la ilusión que me produce volver a recuperar, de primera mano, aquel recuerdo de mi infancia. Espero no ponerme demasiado ñoña jajajajajaja.
Empezaré el relato presentándoos a nuestro protagonista de hoy. Para aquellos que no estén familiarizados con esta fiesta, Sinterklaas es el San Nicolás neerlandés (¡no confundir con Santa Claus, por favor!), un anciano señorial y serio con el pelo blanco y una larga barba, que lleva una capa roja larga sobre el tradicional traje blanco de un obispo y tiene un báculo dorado.
Tradicionalmente monta un caballo blanco que en los Países Bajos se llama Amerigo y lleva un gran libro que dice si cada niño ha sido bueno o malo durante el pasado año...¡no se le escapa nada!
Sinterklaas va siempre acompañado de su ayudante Zwarte Piet (traducido podría ser "Pedro Negro") aunque sería mejor decir que le acompañan muuuuuuchos Zwarte Pieten, algo en lo que se diferencia de nuestros Tres Reyes Magos...Generalmente se representa Zwarte Piet como una persona con la cara negra y el pelo rizado negro, vestido con un traje de colores estilo siglo XVII, luciendo un cuello de encaje y una gorra con plumas. Hay varias explicaciones sobre el origen de Zwarte Piet. Una de
ellas es que San Nicolás liberó a un niño esclavo etíope llamado Pieter
de un mercado de Myra y el chico, tan agradecido como estaba, decidió
quedarse con San Nicolás como ayudante.
En la tradición neerlandesa la cara de Zwarte Piet se dice que es negra porque es un morisco de España pero, hoy en día, se prefiere decir que su cara está ennegrecida por el hollín, ya que tiene que bajar a través de las chimeneas para entregar los regalos a los niños. La razón es que, de unos años a esta parte, existe un gran debate a nivel nacional sobre la figura de Zwarte Piet y sus posibles connotaciones racistas que ha hecho que, incluso, se hiciera una encuesta en el año 2013 en la que el 92% de la población holandesa no percibía la figura de Zwarte Piet como racista o la asociaba con la esclavitud y el 91% se oponía a la alteración de la apariencia del personaje. Aún así, varias cadenas minoristas holandesas - incluyendo Hema y V&D - comenzaron a cambiar sus productos y anuncios estacionales incluyendo una versión revisada de Zwarte Piet sin el maquillaje o incluso con maquillaje de colores. Mi familia está dividida respecto a este tema...
En adaptaciones modernas, sobre todo para la televisión, Sinterklaas ha desarrollado un Piet para cada función: hay un Piet principal (Hoofdpiet), un Piet navegador encargado de navegar el barco de vapor desde España a Holanda (Wegwijspiet), un Piet embalador para empaquetar todo los regalos (Pakjespiet), un Piet acrobático para trepar por los tejados y bajar por las chimeneas...¡una valiosísima ayuda para Sinterklaas que ya quisieran los Reyes Magos!
He mencionado un par de veces España porque la tradición dice que Sinterklaas llega a los Países Bajos cada año a mediados de noviembre en un barco de vapor desde España...Para los niños, su llegada a nivel nacional (Nationale intocht) es un evento muy emocionante ya que marca la cuenta atrás para la noche de los paquetes (Pakjesavond) el 5 de diciembre, cuando Sinterklaas trae los regalos a todos los niños.
Para que nada interfiera en la llegada de tan importante pasajero, se suelen colocar líneas de boyas en el canal para evitar la entrada de barcas particulares. Aún así, la que transportaba la orquesta que animaba a la gente que esperábamos iba demasiado rápido y se la llevó por delante...¡ooooopssssss!
Eso si...¡no dejaron de tocar mientras daban explicaciones!
La emoción de los niños ante la llegada de Sinterklaas es algo muy bonito que he podido vivir en primera persona. Cuando el puente sobre el canal se abre para dejar paso a la comitiva - encabezada por los barcos en los que viajan los Zwarte Pieten - los niños ya no pueden contenerse y comienzan a cantar, a saludar y a agitarse en sus trajecitos estrenados para la gran ocasión...Si estás rodeados de ellos os aseguro que, aunque con una sonrisa enorme, es difícil mantener el equilibrio para hacer una foto jajajajajaja.
Algunos sugieren que los regalos asociados con el hombre santo, las
mandarinas, llevaron a la idea errónea de que debe haber sido de
España. Esta teoría está respaldada por un poema holandés que proviene de un folleto que John Pintard lanzó en Nueva York en 1810.
Sinterklaas, goedheiligman!
Trek uw beste tabberd an,
Reis daar mee naar Amsterdam,
Van Amsterdam naar Spanje,
Daar Appelen van Oranje,
Daar Appelen van granaten,
Die rollen door de straten.
Trek uw beste tabberd an,
Reis daar mee naar Amsterdam,
Van Amsterdam naar Spanje,
Daar Appelen van Oranje,
Daar Appelen van granaten,
Die rollen door de straten.
El tal Pintard quería que San Nicolás se convirtiera en patrón de Nueva York para establecer una tradición parecida a la de Sinterklaas. Al parecer, consiguió ayuda de la comunidad holandesa en Nueva York, que le proporcionó el poema original holandés. Si lo leemos atentamente, el poema no dice que Sinterklaas viene de España, sino que tiene que ir a España para recoger naranjas y granadas. Así que el vínculo entre Sinterklaas y España parece que pasa por las naranjas, un regalo que era muy apreciado en el siglo XIX. Más tarde, la conexión con las naranjas se perdió y España se convirtió en su hogar...
Este relato queda muy original así tal cual pero es más que probable que discurra por otros derroteros menos fantasiosos...La fiesta popular surgió, en realidad, en la Edad Media y se celebra el 6 de diciembre, onomástica de San Nicolás (270-343), santo patrón de los niños. San Nicolás fue un obispo griego de Myra (en la actual Turquía) cuyas reliquias fueron furtivamente transportadas a Bari (Italia) en 1087. Bari, más tarde, se convirtió en parte del Reino de Aragón y de España, hasta el siglo XVIII. Es probable que sea por eso por lo que en esta tradición San Nicolás venga de España. Además, debido a la ayuda que proporcionó a los marineros en su ciudad natal, San Nicolás es también venerado como el santo patrón de los marineros, por lo que llega a los Países Bajos en un barco de vapor...
¿Dónde nos habíamos quedado?...¡Ah, si! En la llegada de Sinterklaas a puerto, que se me va el santo (nunca mejor dicho) al cielo...¿Queréis ver cuánta gente esperaba su llegada? ¡A topeeeeeeeeee! ¡Y todo de colorines!
Bien, pues a su llegada, Sinterklaas saluda a los niños que han estado esperándole mientras los Zwarte Pieten suelen tirar caramelos y unas galletitas de jengibre pequeñas llamadas kruidnoten o pepernoten. También llevan una escoba de deshollinador para "atizar" a los niños traviesos...Algunas de las canciones más viejas mencionan que a los niños traviesos se les mete en una bolsa y se les manda de vuelta a España. ¿Una reinterpretación de nuestro "hombre del saco"? A mi no me parece tan mal que te manden a España como castigo jejejejejeje. Por cierto, os estaréis preguntando cómo llega a aquellos lugares en los que un barco no puede llegar...pues en tren,
a caballo, en coche de caballos o incluso ¡en un camión de bomberos!
Después de saludar a los niños (¡y a mi, y a mi! ¡que también le di la mano! jejejeje), Sinterklaas pasea por las calles a lomos de su caballo Amerigo mientras los niños cantan canciones tradicionales. ¡Hasta prontoooooo!
En las semanas que transcurren entre su llegada y el 5 de diciembre, Sinterklaas dedicará su tiempo a visitar escuelas, hospitales y centros comerciales. La famosa noche, antes de ir a la cama, los niños colocan sus zapatitos cerca de la chimenea - si no hay, cerca de la calefacción central - con su carta para Sinterklaas y con una zanahoria o un poco de heno y un bol con agua para el caballo. Es hora de cantar alguna canción, Sinterklaas tiene mucho que hacer cabalgando con Amerigo sobre los tejados mientras los Zwarte Pieten bajan los regalos a través de la chimenea...
Al día siguiente se encontrarán sus regalos en los zapatos y, probablemente, también una letra de chocolate que represente la inicial de su nombre...¡A mi ya me han traído la mia! jajajajajaja. ¡Nooooo! Sólo quería mostraros cómo son...¡a mi Sinterklaas me va a traer un hogar! ¡yupiiiiiiiiiiiii!
¿Os acordáis que os he dicho al principio que no hay que confundir a Sinterklaas con Santa Claus? Bueno, pues para acabar esta bonita historia os retrotraigo al momento en que existía la ciudad de Nueva Ámsterdam, una colonia holandesa en la costa de los actuales Estados Unidos. En ella se celebraba también la fiesta de San Nicolás (¿recordáis el poema?) cuyo nombre fue adaptado al inglés como Santa Claus. La ciudad fue tomada más adelante por los ingleses cambiando su nombre por el de la actual Nueva York y, desde Estados Unidos, el mito de Santa Claus volvió de nuevo a toda Europa...
Bueno, pues hasta aquí el post especial de hoy. Os dejo pero lo hago con un vídeo que resume un poco el ambiente de esta fiesta. ¡Espero que os haya gustado! Un besitooooooo
Me encanta!
ResponderEliminarGracias Montse! Un besito
EliminarQué bonita historia. Y qué emocionante debe ser esperar su llegada
ResponderEliminarBesitos!